¿Qué es más importante?: Tener razón o ser felices

Tener razón o ser felices

En ocasiones en la vida debemos plantearnos si queremos tener razón o ser felices. No importa de qué hablemos, cuando dos o más partes se disputan el “tener la razón” generalmente (infelizmente) muchas veces termina en conflictos que generan amargura, tristeza, miedo, e incluso guerras.

Sin embargo, es frecuente entrar en estas conflagraciones. Y es que al “tener la razón” sentimos un aire de superioridad… nos sentimos superiores a quien tenemos enfrente… ese que “está equivocado”, a diferencia de nosotros que “estamos en lo cierto”.

Por eso realmente es importante plantearnos antes de entrar en una disputa de este tipo si preferimos tener razón o ser felices. Y no es que debamos darle siempre la razón al prójimo ante la mínima discrepancia, ni ceder ante aquellas cosas que nos corresponden por derecho, porque realmente eso tampoco genera genuina felicidad.

Si no que debemos ser conscientes de que entrar en una lucha (muchas veces cruel) por demostrar nuestra superioridad ante los demás nos aleja, justamente, de la felicidad y el amor, y nos acerca al miedo y la separación.

Pero cuando hacemos valer nuestros derechos y nuestra visión del mundo desde el amor, sin vulnerar los derechos del otro, iluminamos al prójimo con nuestros puntos de vista y nos dejamos iluminar por los suyos; extendemos y practicamos el amor.

Acompáñame en este artículo a reflexionar sobre esta cuestión: ¿qué es más importante, tener razón o ser felices?… Y conoce tres hábitos (simples pero muy poderosos) que te ayudarán a ser más feliz (en lugar de desear siempre tener razón).

¿Tener razón o ser felices?

¿Tener razón o ser felices?: Hombre feliz y hombre tristeCreo que no me equivocaría si afirmara que todos y todas en algún momento de nuestra vida hemos sentido la necesidad de hacerle ver a alguien lo “equivocado que estaba”.

Y es cierto que de algún modo puede resultar adictiva la sensación de que tras una discusión “nos den la razón”.

No obstante, en estos casos el que se regocija y se siente triunfador es nuestro ego, incluso al costo de hacer sentir mal o derrotado a alguien que queremos.

De modo que pareciera que en ocasiones la necesidad de tener la razón es más grande incluso que nuestro amor al prójimo.

Pero ¿por qué sucede esto? En lo profundo, aunque no lo parezca o incluso parezca todo lo contrario, estamos buscando la aceptación y la aprobación de los demás.

Y cuando esto no ocurre nos sentimos incomprendidos y poco valorados, y tratamos de defendernos imponiendo “nuestra verdad”, a veces a cualquier costo. Aunque esto implique dañar a alguien que amamos.

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Entonces… ¿Qué debemos hacer?

Mujer con cara felizEn primer lugar, debemos aprender a gestionar nuestras emociones, comprender que no siempre los demás estarán de acuerdo con nosotros, y eso es normal y válido.

También debemos trabajar sobre nuestra forma de pensar y sobre nuestras creencias. Y aceptar que nuestra propia experiencia y nuestra percepción de la realidad es limitada. Es solo un trozo de una experiencia o realidad infinita, de la que existen incontables posibilidades.

Afortunadamente, esto es algo que podemos aprender; podemos entrenar nuestra mente para ser más abiertos y flexibles, para tener pensamientos positivos y agradables para con los demás y con ello ser más tolerantes y comprensivos.

Definitivamente, si queremos ser felices, experimentar una genuina felicidad, vale la pena que hagamos un esfuerzo de nuestra parte; que trabajemos sobre nuestros pensamientos y creencias, y sobre nuestra forma de actuar.

La clave para ser felices…

Para ser felices necesitamos aceptarnos tal cual somos. Con nuestros aciertos y nuestros errores, con nuestras fortalezas y nuestras debilidades.

Tenemos que aceptar nuestra esencia interior.

Y cuando lo logramos, ya no sentimos la necesidad de esconder nada, ni de demostrar a los demás nuestra “superioridad”. Nuestro ego pierde poder y ya no dejamos que vaya por la vida diciéndole a los demás lo equivocados que están.

Ahora podemos discutir nuestros puntos de vista con otros, y ser capaces de tolerar el hecho de pensar diferente, y con ello enriquecernos con nuevos puntos de vista y formas de ver el mundo.

Ya no necesitamos imponer “nuestra razón”. Y sin duda esto nos ayuda a ir más livianos por la vida, a dejar mochilas que no tenemos (ni debemos) cargar, que no aportan nada bueno a nuestra experiencia.

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3 hábitos que te ayudarán a ser feliz (en lugar de tener la razón)

Niña con un globoSi en el pasado te has encontrado muchas veces tratando de imponer “tu razón” a los demás, lo primero que tienes que saber es que no debes criticarte ni juzgarte por ello. Eso solo te hará sentir mal y no te llevará a ningún lado.

Pero sí hay cosas que puedes hacer para cambiar este “mal hábito”; y puedes comenzar hoy mismo a trabajar en ello.

En primer lugar, recuerda que eres una persona maravillosa, con muchas cosas positivas, y que siempre, en cualquier circunstancia puedes elegir ser diferente, cambiar aquello que no te gusta o no te hace bien.

Te cuento a continuación tres sencillos hábitos que si los practicas te ayudarán a ser más empático con los demás y no sentir la “necesidad” de imponer tu punto de vista.

Aprende a escuchar

Cuando sientas que estás en una discusión por ver quién tiene razón, haz tu mejor esfuerzo para escuchar al otro, pero escuchar de verdad. Es decir, trata de esforzarte por entender su perspectiva, de comprender los motivos detrás de su opinión, de adoptar una actitud de apertura y flexibilidad.

Con esto estarás entrenando tu mente para ser empático y tolerante.

Y la verdad que hacer esto requiere mucha práctica, esfuerzo y buena predisposición, pero los beneficios son enormes; y, una vez consigas adoptar esta actitud en cualquier escenario, disfrutarás de estos beneficios durante toda tu vida.

Por ello, es verdaderamente trascendental que nos preguntemos con total sinceridad si para nosotros es más importante tener razón o ser felices. Y según cuál sea nuestra respuesta, actuar en consecuencia.

APRENDE A ESCUCHAR TU VOZ INTERIOR  

Evita criticar y menospreciar a los demás

Para que pueda haber una buena comunicación hay que dejar de lado la crítica, el menosprecio y la descalificación. Esto es crucial para poder entablar una comunicación que enriquezca a las partes que intervienen.

Aunque no estés de acuerdo con los puntos de vista de los demás, haz tu mejor esfuerzo para no censurarlos ni criticarlos. Y adopta la actitud de que tal vez seas tú el que esté equivocado.

Nuevamente práctica el primer hábito, aprende a escuchar, y despójate de la necesidad de “tener razón”.

Haz de la tolerancia un hábito

La tolerancia es una cualidad sumamente valiosa y a veces (lamentablemente) poco frecuente.

Ser capaces de ver las cosas desde el punto de vista de los demás, es una virtud que solo puede traernos cosas buenas a nuestra vida. Por lo que vale la pena esforzarnos por desarrollarla.

Cuando hay tolerancia todas las partes ganan, hay libertad y seguridad, y se puede desarrollar naturalmente el amor y el respeto.

 

Espero que hayas disfrutado leer este artículo. Para mí ha sido un placer escribirlo y compartir estas reflexiones contigo.

Te invito a que practiques el arte de ser flexible y abierto a la escucha y a aceptar con humildad que a veces no tenemos todas las respuestas. Y eso es normal y no debe porque preocuparnos, ni hacernos sentir que valemos menos que los demás.

Cuéntame qué piensas sobre este tema y qué crees que es más importante: ¿tener razón o ser felices? Me encantará conocer tu opinión y experiencia 😉

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Lic. Alberto F. Calo

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