Prácticas Ancestrales para transformar el estrés en bienestar

Prácticas ancestrales para transformar el estrés en bienestar

La dinámica de la vida actual nos conduce sistemáticamente a vivir en estado de estrés. Pero éste puede ser simplemente un aviso de que hemos perdido el equilibrio. Afortunadamente, hay Prácticas Ancestrales que nos ayudan a transformar el estrés en bienestar.

Por norma general, el estrés está relacionado con el sufrimiento innecesario. Y si bien podemos encontrar una amplia gama de sugerencias respecto a cómo cuidar el aspecto físico y mental, y cada vez se le está dando más atención al aspecto emocional, rara vez se considera el espiritual.

Igualmente es todo un desafío corporizar todas estas ideas, aunque sean muy inspiradoras.

Nuestros sentidos perciben habitualmente de una manera particular, y nos es bastante difícil imaginarnos otra manera de ser. Sin hacer una transformación deliberada, nuestra energía se dirige siempre al mismo tipo de problemas y quizás nos sentimos aislados e incapaces de cumplir con nuestros planes y aspiraciones.

El estrés indica que hay algo que requiere de nuestra atención: algo adentro está trabado, imposibilitado de funcionar bien.

Es hora de despertar nuestras fortalezas ocultas, devolviéndole el equilibrio al cuerpo, a la mente, a las emociones y al alma.

Prácticas Ancestrales: Más allá del cuerpo físico y mental

Cuerpo mental, alma, emocional y físico

Cuando hablamos de salud en la medicina occidental estamos casi todo el tiempo hablando del cuerpo físico y/o mental. Sin embargo, casi en todas las tradiciones ancestrales consideran otros cuerpos para estar saludables.

Vamos a nombrar los cuatro cuerpos que usaremos en el ejercicio que te voy a proponer que hagas.

Si bien hay algunas tradiciones que reconocen más cuerpos, nosotros vamos a trabajar hoy con cuatro cuerpos:

  1. Físico: es el cuerpo que consiste en nuestros huesos, órganos y nuestra piel.
  2. Emocional: nuestros sueños y sentimientos pertenecen a este cuerpo.
  3. Del Alma: es el que nos mantiene conectados y resilientes.
  4. Mental: está relacionado con los pensamientos, estructuras de pensamiento y creencias.

Cuando un problema surge, todos estos cuerpos son parte de ese problema.

Puede ser que hayas estado enfermo y tuviste fiebre, entonces tu cuerpo físico tuvo que soportar eso. O puede ser que hayas estado un poco enojado o con miedo, entonces tu cuerpo emocional tuvo un tiempo difícil.

O puede ser que no hayas podido parar de pensar o hayas estado confundido, y esta fue la forma que tu cuerpo mental reaccionó.

Y puede ser que te hayas perdido un poco en el proceso o estés algo desconectado y esto haya afectado tu cuerpo del alma.

También puede ser que hayas vivido un buen proceso y te hayas sentido muy bien en realidad. Incluso puede ser que hayas tenido nuevas oportunidades o posibilidades.

Cuando estamos bien, estos cuerpos trabajan en armonía, logrando que el estrés no nos afecte y podamos lidiar con esas cosas que vienen de afuera. Entonces, cuando esto ocurre, tenemos una salud óptima y nos sentimos libres y felices.

Prácticas Ancestrales: ¿Cómo transformar el estrés en bienestar?

Prácticas ancestrales - Ejercicio

En la Sabiduría Ancestral, la forma de transformar el estrés en bienestar, consiste en recuperar el equilibrio interno y externo, recobrando la vitalidad. En vez de sentirnos agotados, abrumados y con miedo, nos sentimos más vitales, creativos y confiados. Es estar en el medio de una tensión estimulante sin sentirse estresado.

Este ejercicio que te propongo está tomado de la sabiduría ancestral, es una de las tantas prácticas ancestrales que existen, y está destinado a empoderar cada uno de nuestros cuerpos, y así fortalecer nuestro sistema completo.

Lo podemos hacer en la naturaleza o en el lugar en el que nos encontremos. ¡¡¡Funciona igual!!!

 

*** Ejercicio ***

Seleccionamos 5 piedras pequeñas.

Las colocamos en el piso, una piedra en el centro y las otras cuatro formando un círculo alrededor de ésta.

Colocamos cada una de estas cuatro piedras en un punto cardinal (este, norte, oeste y sur).

Cada piedra representa el sistema inmunológico de cada uno de nuestros cuerpos: mental, alma, emocional y físico. Y la piedra central representa nuestro sistema completo.

Disponemos las piedras de tal manera que podamos girar alrededor de este círculo. Si estamos en el hemisferio sur vamos a girar en el sentido anti-horario. Y si estamos en el hemisferio norte, giraremos alrededor del círculo en el sentido horario.

Tomás la quinta piedra, la del centro, que representa nuestro sistema completo, y con la piedra en la mano vas a expresar en voz alta:

“Hoy… (fecha)… yo… (tu nombre)… estoy en… (lugar geográfico en el que encontrás)… pido a la fuerza de la naturaleza, que limpie, apoye, de fuerza y guíe a cada uno de mis cuerpos para que trabajen bien juntos, obteniendo claridad y consciencia para que pueda estar fuerte y completo.”

Soplás la piedra y la volvés a colocar en el centro del círculo.

Luego comenzás por tomar la piedra que se encuentra al este… Podés pararte o sentarte en ese sector, y con esa piedra en la mano que representa el cuerpo mental vas a decir en voz alta: “Le pido a los elementos de la naturaleza que limpien mi cuerpo mental. Que me apoyen y me guíen para recibir salud y nueva fuerza.”

Y te quedás en silencio, respirando, con los ojos cerrados durante 5 o 7 minutos.

(Tratá de sentir lo que hay ahí para sentir. No tengas miedo de meditar o de fantasear. Puede ser que escuches o veas algo o tal vez no. Solo se trata de confiar. Y dejá que este poder que fluye llegue a tu cuerpo y la piedra que sostenes en tu mano.)

Cuando haya transcurrido el tiempo, das las gracias por los recursos que recibiste (aunque no hayas percibido nada). Soplás la piedra y la colocas al lado (pegada) de la piedra central.

  • Luego girás en el sentido que corresponda (según te encuentres en el hemisferio norte o sur), para limpiar y pedir fuerza para el cuerpo del alma. Tomás la piedra de ese sector y repetís el proceso.
  • Al finalizar volvés a dejar la piedra junto a la piedra central y seguís girando para limpiar y pedir fuerza para el cuerpo emocional. Tomás la tercera piedra del círculo y repetís el proceso.
  • Después volvés a dejar la piedra junto a la piedra central y seguís girando para tomar la cuarta y última piedra para limpiar y pedir fuerza para el cuerpo físico y repetís el proceso por última vez.

Con las cinco piedras juntas vas a expresar en voz alta: “Le pido a todos mis cuerpos y a mi sistema inmunológico que trabajen juntos, que se ayuden y apoyen unos a otros. Para que juntos podamos ser resilientes en esta vida terrenal.”

Ahora la piedra del centro está cargada con toda la información y fuerza de todas las direcciones. Podés llevarla con vos o mantenerla ahí. O las cinco pueden quedar por un tiempo juntas en un lugar significativo para vos.

Podés repetir el ritual las veces que lo sientas necesario para mantener la energía de tus cuerpos.

Espero te animés a hacer este sencillo, pero poderoso ejercicio y después me contés tu experiencia en los comentarios.

Esta es una de las tantas prácticas ancestrales que existen que pueden ayudarte a sentirte mejor y en equilibrio.

Quizás a priori te parece raro o desconfías de su eficacia, pero date el permiso de probar y vas a ver cómo puede ayudarte 😉

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